viernes, diciembre 30, 2005

Sólo dos cosas son infinitas,...

el universo y la estupidez humana,
y de lo primero no estoy seguro.
Albert Einstein


Un ajuste pendiente

Saltándome el orden cronológico de los hechos, me sitúo en Julio de 1992. Habíamos ido con unos amigos (Pedro, Ozu, Sergio) y mi hermano a pasar una semana a Piedrahita (Ávila). Se empezaba a considerar este sitio como la Meca del Vuelo Libre. A la vista de los resultados, lo era: allí manaban térmicas como salchichas alemanas de gordas, techos a 4.000m, y calles de nubes que parecían autopistas.

Pero a veces la suerte cambia de rumbo…mi semana fue desastrosa: un solo vuelo de una hora, paseándome por el llano siguiendo a unas cigüeñas. Comimos bien, ternera de Ávila, orujos, etc...Empezamos durmiendo en una pensión, pero como había bichos, nos trasladamos al campo con la tienda, que además era gratis. En aquellos tiempos uno dormía donde quería.

Y también hubo una estupidez(humana) por mi parte, que es el objeto de este ajuste.

El penúltimo día subimos una vez más al despegue (1.000m por encima del pueblo), y el día parecía poco prometedor. Viento de cola, nulo y alguna racha de cara de 2 o 3 Km./h. Había un tipo, Harry le llamaban, que montó y se decidió a salir. Uno de esos despegues impecables e impresionante a la vez. La pendiente del despegue es escasa, y salir con nulo exige sangre fría y una técnica perfecta. Se hundió rápidamente, pero vimos que a mitad de descenso trincaba, subía y se iba hacia el este. Más tarde salieron Pedro y Tardeli. Pedro aterrizó casi en Ávila (40 Km) y Tardeli a 75 Km. Los fuimos a buscar.

Estábamos bebiendo unas cervezas para celebrarlo, y llamó el susodicho que acababa de aterrizar para ver si alguien le iba a buscar. Yo, en un gesto magnánimo, casi épico, me ofrecí. Los demás miraban al techo. Me dejaron un coche (una furgoneta C-15), y me fui a buscarlo. El problema era que había aterrizado en Villaciervos, a 15 Kms de Soria capital. Un vuelo de 250 Km y unas 7 horas, que fue record de España, techos a 3.800 m. siguiendo la Nacional-I, y tramos dentro de las nubes mirando la brújula.

A mi me supuso conducir 320 Kms de ida y otros 320 Kms. de vuelta, casi 8 horas de conducción de noche y llegaba a la tienda de campaña a las 6 de la mañana. El tipo escasamente me dio las gracias. Como si fuera lo más normal del mundo. Un ejemplo flagrante de echarle cara a la vida. Dado que había ido a volar sólo, y de eso iba, lo propio hubiera sido decirle por teléfono:
-“Mira chatico, enhorabuena. Te pones a hacer dedo, coges el tren o lo que quieras, te vienes a buscar tu coche y vuelves a por el ala”.
Yo, un claro ejemplo de altruismo estúpido (que nunca ha beneficiado la evolución).

Harry, Harry el sucio donde quiera que estés, en mi tierra decimos:

"Arrieros somos y en el camino nos encontraremos"

Y si no,

"A cada cerdo le llega su San Martín"

1 Comments:

At 3:04 p. m., Anonymous Anónimo said...

Joder tío, de verdad que lo siento. No sé como disculparme. Antes tenía mucha cara, pero he aprendido.Me he rehabilitado. Ahora soy taxista, y de vez en cuando, no le cobro a los clientes, para compensar mi pasado.

 

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