GUS: un sueño, una leyenda

En la evolución de la aviación hay eslabones perdidos, vías muertas. Por ejemplo, los globos y los dirigibles. Pero no hay que olvidarse del autogiro. Es una forma de volar completamente distinta de los aparatos de ala fija, de los helicópteros (aunque se confundan), de los pendulares, del Columbia…

Es la única, y meritoria, contribución de España al desarrollo de la Aviación. Juan de la Cierva (un Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos que nunca ejerció como tal), desarrolló de la nada una nueva forma de volar. Resulta paradójico (y triste), que acabara sus días en un accidente de aviación volando a Inglaterra con un avión comercial.

Cuando el autogiro se había convertido en una curiosidad de biblioteca, de documentales del Canal Historia, renació de sus cenizas vía la aviación ultraligera.

Este post es un homenaje a GUS, diminutivo de como le llamamos cariñosamente. GUS es un tipo muy, pero que muy particular. Es como Burt Munro, pero en ultraligero. Le dejas una navaja suiza, un motor usado, un rotor en basto, barra libre en la droga Alfonso (o la tornillería Aragonesa), te despistas un poco, y te ha hecho un autogiro. Pero no sólo lo ha hecho, sino que lo vuela. Si lo viera Juan de la Cierva…. Lleva hechos ya media docena, pero no sabemos todavía su techo (de producción). Su único defecto es que le regalas algo…y le tienes que dar las gracias. Si no, se mosquea. De hecho, le tendré que dar algo por este post.

A continuación las pruebas. Una toma y despegue de GUS en el campo de Villanueva sur Gállego. Un atento observador deducirá “que había algo de viento”. Pero, ¿a que parece un helicóptero?