sábado, diciembre 31, 2005

Premoniciones y signos (y III)


Aquí, cuando me trajeron los Reyes Magos un avión con propulsión a gomas. Un signo de mi posterior abandono del vuelo sin motor, y el paso a las motorizaciones diversas.

Aquí tenéis otro que empezó igual que yo, Steve Fossett, pero le ha ido mejor: tiene una compañía de aviación (Virgin) y el año pasado dio la vuelta al mundo en 67 horas sin aterrizar. El hecho de llevara motor resta mucho mérito a este viaje (así cualquiera, ¡hazlo sin motor, si puedes¡)

Premoniciones y signos (II)

Otro signo premonitorio fué que después de conseguir un fresbee, en vez de jugar a pasárnoslo entre los amigos, nos subíamos a la torre del pueblo y lo tirábamos, consiguiendo un largo planeo. Dejamos de hacerlo pronto, porque luego había que ir a buscarlo. 25 años después, hacía lo mismo en el cursillo de ala delta, pero tirándome yo, y subiendo el ala después por la colina.

Con unos amigos, comentando los vuelos del fresbee. Otro signo premonitorio de lo que serían los aprés-vuelo más adelante. Se debe notar el hecho de que no hay ninguna mujer. Esto merecerá otra entrada propia más adelante (Mujeres y Aviación. La naturaleza humana)

Premoniciones y signos (I)


Este soy yo.
A los 5 meses de nacer, al comienzo de la década de los 60. Nací en Baracaldo, aunque éste es un dato que suelo ocultar. Para no darme importancia. Se ve en lo cómodo que me encuentro, un claro signo de mi futura afición a volar en esta postura (hang gliding). La posible Gran Esperanza Blanca del Vuelo Libre en Aragón. Pero tendrían que pasar 25 años..
Aquí, instantes después de un despegue perfecto en la cara norte del Arangoiti, en la misma postura que antes pero con casco. Un observador atento reparará en un engrosamiento en la parte posterior del ala: ¡no es un cohete¡, es un maletero un poco justo.

viernes, diciembre 30, 2005

Sólo dos cosas son infinitas,...

el universo y la estupidez humana,
y de lo primero no estoy seguro.
Albert Einstein


Un ajuste pendiente

Saltándome el orden cronológico de los hechos, me sitúo en Julio de 1992. Habíamos ido con unos amigos (Pedro, Ozu, Sergio) y mi hermano a pasar una semana a Piedrahita (Ávila). Se empezaba a considerar este sitio como la Meca del Vuelo Libre. A la vista de los resultados, lo era: allí manaban térmicas como salchichas alemanas de gordas, techos a 4.000m, y calles de nubes que parecían autopistas.

Pero a veces la suerte cambia de rumbo…mi semana fue desastrosa: un solo vuelo de una hora, paseándome por el llano siguiendo a unas cigüeñas. Comimos bien, ternera de Ávila, orujos, etc...Empezamos durmiendo en una pensión, pero como había bichos, nos trasladamos al campo con la tienda, que además era gratis. En aquellos tiempos uno dormía donde quería.

Y también hubo una estupidez(humana) por mi parte, que es el objeto de este ajuste.

El penúltimo día subimos una vez más al despegue (1.000m por encima del pueblo), y el día parecía poco prometedor. Viento de cola, nulo y alguna racha de cara de 2 o 3 Km./h. Había un tipo, Harry le llamaban, que montó y se decidió a salir. Uno de esos despegues impecables e impresionante a la vez. La pendiente del despegue es escasa, y salir con nulo exige sangre fría y una técnica perfecta. Se hundió rápidamente, pero vimos que a mitad de descenso trincaba, subía y se iba hacia el este. Más tarde salieron Pedro y Tardeli. Pedro aterrizó casi en Ávila (40 Km) y Tardeli a 75 Km. Los fuimos a buscar.

Estábamos bebiendo unas cervezas para celebrarlo, y llamó el susodicho que acababa de aterrizar para ver si alguien le iba a buscar. Yo, en un gesto magnánimo, casi épico, me ofrecí. Los demás miraban al techo. Me dejaron un coche (una furgoneta C-15), y me fui a buscarlo. El problema era que había aterrizado en Villaciervos, a 15 Kms de Soria capital. Un vuelo de 250 Km y unas 7 horas, que fue record de España, techos a 3.800 m. siguiendo la Nacional-I, y tramos dentro de las nubes mirando la brújula.

A mi me supuso conducir 320 Kms de ida y otros 320 Kms. de vuelta, casi 8 horas de conducción de noche y llegaba a la tienda de campaña a las 6 de la mañana. El tipo escasamente me dio las gracias. Como si fuera lo más normal del mundo. Un ejemplo flagrante de echarle cara a la vida. Dado que había ido a volar sólo, y de eso iba, lo propio hubiera sido decirle por teléfono:
-“Mira chatico, enhorabuena. Te pones a hacer dedo, coges el tren o lo que quieras, te vienes a buscar tu coche y vuelves a por el ala”.
Yo, un claro ejemplo de altruismo estúpido (que nunca ha beneficiado la evolución).

Harry, Harry el sucio donde quiera que estés, en mi tierra decimos:

"Arrieros somos y en el camino nos encontraremos"

Y si no,

"A cada cerdo le llega su San Martín"

viernes, diciembre 23, 2005

Declaración de intenciones

Me dijo un amigo que no sabía si ponerse un blog o comprarse un perro. Yo me he decidido por lo primero, por economía. ¿Qué puedo tratar en el blog?. La respuesta es obvia: lo que me dé la gana, que para eso es mío. Pero por tener un hilo conductor, he escogido el tema del vuelo. De algo hay que hablar. Obsérvese que he dicho “vuelo”, y no “aviación” que es mucho más pretencioso.

La primera motivación ha sido ver que en esto del vuelo hay mucho rollo. Bueno, más bien, hay gente que le echa mucha cara. Hay gente que incluso vive de eso (de echarle cara). Y al final te cansas. La idea puede ser realizar un periplo personal por estas actividades que suponga un “ajuste de cuentas”. Para empezar decir, a modo de resumen, que he volado en tantas cosas que es más fácil reseñar en lo que no he volado que lo contrario. No he volado en autogiro -no por falta de oportunidad, sino por falta de huevos-, no he volado en parapente -su punto óptimo de desarrollo me cogió mayor- y no he volado en helicóptero -casi volé de Helsinki a Tallin, pero no pudo ser-. Tampoco he volado en escoba, porque no soy una bruja.

La segunda motivación ha sido ver que la historia del correo electrónico está acabada. Yo, que fui unos de los precursores (a ver quien consigue ahora una dirección que empiece por garcia@), he visto lo que ha degenerado este medio. No, no lo digo por las ingentes cantidades de correo-basura que llegan. No me molestan. Lo digo porque la gente no sabe responder, no sabe leer, no sabe contestar, no sabe nada. Que les den por saco. Voy a dejar ese medio sólo para cuestiones profesionales y en las que haya pasta.

Celica en final

Acabaré ya esta declaración de intenciones recordando aquí al Premio Nóbel Richard P. Feynman, no por su contribución a la Física, sino por su libro ¿Qué me importa a mi lo que piensen los demás?.

jueves, diciembre 22, 2005

Ha dado a luz el blog


Y ha sido niño.

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